Sería un pecado hacer ruido
Y despertar todo aquello enterrado entre escombros
Abro una ventana con la firme intención de no cerrarla nunca
Aprieto los dientes con fuerza
Y sigo sin hacer ruido andando de puntillas para no molestar
Ni a las hormigas que pasean su ordenada lentitud de animal siempre enfilado
Ni a las sombras de los que alguna vez construyeron algo
Miro en silencio aquellas imágenes
Que reproducen siluetas que aún están por hacer
Y me ensimismo en su línea
Trazada con la calma
De quien sabe que todo es superable
Pero que todo está en el camino
Y que un camino es un puente
Que alcanza otra orilla
Y que luego habrá que recorrer otro camino
Y que aunque los caminos sean infinitos
Los caminantes dejaremos de serlo
Con una rabia entre los dientes
O con una flor entre las manos
Sería un pecado no hacer ruido
Sin llegar a conseguir que ese silencio
Sea alguna vez
El camino llano y limpio de un niño
(Modisto)