COMUNIDAD DE CIENTO UN DESAHUCIADOS EN VEINTITRÉS PALABRAS

XXVII           

Mientras hablaba de la vida, era el sol quien iluminaba, pero solo era capaz de despedir silencios, amarguras, fuego desde quien le aplaudía.

(Modisto)

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XXVI             

Esperaba el último baile como la tormenta que despertara sus anestesiados sueños. Pero parece que nada despertaría como había amanecido, y siguió durmiendo.

(Modisto)

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XXV              

A mis compañeros de la CCP de los martes de amaneceres

Ahí hoy ya decía pero no decía sino que callaba prudentemente todo aquello que debía haber dicho y que se escapó al besarte.

(Modisto)

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XXIV             

Por muy temprano que despierte, él está siempre ahí comiendo magdalenas. Después enciende un apestoso puro y comienza y no para de mandar.

(Modisto)

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XXIII             

Cuando muere un Bic negro, le lloro. Y lo enterraría en cualquier parque que fuera más triste que una tarde de domingo lluvioso.

(Modisto)