LA SOLEDAD DE LO COTIDIANO

XXXV

La guerra ocurría tan lejos

Que me permitió prepararme un café

Y bebérmelo

(Modisto)

COMPLEMENTOS CIRCUNSTANCIALES

Me gustaría tanto ver cómo cae cualquier dictadura

Y sobre todo las encubiertas de democracia

Y cómo los ojos claros pueden pasar por ser ciegos

Y con tanta facilidad como pasa una cicatriz por una herida

Y con el brillo de saber a ciencia cierta que

Me han robado infinitamente más en el banco que en las calles

(Modisto)

 

La soledad de lo cotidiano

XXXIV

La expresión de un hola y un adiós

De un lado para otro

En eso que se decidió que fuera un día entero

De un invierno cálido en un verano infinito

(Modisto)

 

LA SOLEDAD DE LO COTIDIANO

XXXIII

Siempre resultan ser el peor de los tiempos y el peor de los momentos

Una ambulancia llegando tan tarde

Como su sirena apagada

(Modisto)

 

LA SOLEDAD DE LO COTIDIANO

XXXII

Viéndolo desde fuera se comprende fácilmente que una cabina de teléfonos

Es un abandono de números incomunicados

Encerrados en la cárcel de una pecera que respira la sequía de su soledad

(Modisto)

 

LA SOLEDAD DE LO COTIDIANO

XXXI

De la hospitalidad del enemigo ya conocemos

Sus sueños de arrebatarte con el cuchillo del pan

Tu vida

(Modisto)

 

LA SOLEDAD DE LO COTIDIANO

XXX

Llorar como un niño sin tapujos ni hipocresías

Saberse así sólidamente hundido

En un escondite desgastado por la maldad

(Modisto)