COMUNIDAD DE CIENTO UN DESAHUCIADOS EN VEINTITRÉS PALABRAS LXXIV

Como nunca dijo sí, no a esas preguntas cotidianamente molestas, dedicó la última canción al vómito que agitaba el cielo de su boca.

(Modisto)

COMUNIDAD DE CIENTO UN DESAHUCIADOS EN VEINTITRÉS PALABRAS LXXIII

La señora acaba de irse no es lo mismo que la señora acaba de escaparse. Entonces, solo queda disfrutar hasta una destrucción heroica.

(Modisto)

COMUNIDAD DE CIENTO UN DESAHUCIADOS EN VEINTITRÉS PALABRAS LXXII

Con un ojo vuelto hacia el escenario oculto como amenaza en la sombra, sonrió sin otro motivo del simplemente ya llegará la lágrima.

(Modisto)

COMUNIDAD DE CIENTO UN DESAHUCIADOS EN VEINTITRÉS PALABRAS LXXI

Llueve, y ya se sabe. Es una picadura o cuerda que tensa las rocas. Y las gotas caen hasta un manantial apenas líquido.

(Modisto)

COMUNIDAD DE CIENTO UN DESAHUCIADOS EN VEINTITRÉS PALABRAS LXX

Sin  embargo, a todas horas, era esa mentira de portada de periódico sangrienta de vampiro en pebetero con caricias y besos de iniciarnos.

(Modisto)

COMUNIDAD DE CIENTO UN DESAHUCIADOS EN VEINTITRÉS PALABRAS LXIX

El agua y la sal lavaron sus heridas, pero su cuerpo, flotando sobre una mugre de pisadas sin huellas, parecía que aún respiraba.

(Modisto)

COMUNIDAD DE CIENTO UN DESAHUCIADOS EN VEINTITRÉS PALABRAS LXVIII

Suceden cosas. Cosas que nadie ve. Cosas con brillo que abrazan sombras, y que sacan de cualquier bolsillo, interminables pañuelos de colores. Cosas.

(Modisto)

COMUNIDAD DE CIENTO UN DESAHUCIADOS EN VEINTITRÉS PALABRAS LXVII

Se ilusionaba soñándose como en un sí mismo que solo tuviera sus fronteras en las catástrofes que él provocaba y que otros lloraban.

(Modisto)

COMUNIDAD DE CIENTO UN DESAHUCIADOS EN VEINTITRÉS PALABRAS LXVI

En cada colegio, descontaba los días que faltaban para expulsarme, y renacía cuando en un mes, y si en una semana, me multiplicaba.

(Modisto)

COMUNIDAD DE CIENTO UN DESAHUCIADOS EN VEINTITRÉS PALABRAS LXV

Las aclamaciones llegaron demasiado tarde, cuando comprendieron que de ese cuerpo no sacarían más que ya nada del tesoro que siempre ciegamente regaló.

(Modisto)