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REGISTRO DE
PARAGUAS PERDIDOS
XCIV
No
pretendo que desarmes tu vida en favor de la mía
Ni
que engalanes las calles de tus avenidas con trozos de mi corazón
Que
a veces anda demasiado acelerado
Y
otras
Casi
se queda en el camino sin saber
Esperándote
Como
si la vida siempre me sonriera
Haciendo
como si
Nunca
hubiera conocido otra cosa más que
Tu
sonrisa
(Modisto)
REGISTRO DE
PARAGUAS PERDIDOS
XCIII
Cuando
fuera cualquier noche o día o madrugada
Una
fruta extraña
La
que cae desde el fuego
Hasta
los labios que te besan
Es
un momento incierto
Donde
la manta y las sábanas han ocupado todo el suelo
Y
nuestros cuerpos desnudos
Lo
hicieron en carreteras
Abandonadas
al acierto de que el tiempo siempre se acaba
(Modisto)
REGISTRO DE
PARAGUAS PERDIDOS
XCII
Donde
fueron los lugares más escondidos
Allí
ocultos se encontraban
Los tesoros
Quizás
ese dulce sabor amargo
Que
escupían las tormentas
De
algo descompuesto como uno mismo
(Modisto)
REGISTRO DE
PARAGUAS PERDIDOS
XCI
Probablemente
todo esté decidido desde mucho antes de que lo supiéramos
Incluso
bastante antes más de que el cielo se nublara
Y
cuando sea
Cuando
pareciera que fuera para siempre
Quizás
Tal
vez sea cuando ya haya descargado esa nube
Que
lleva el tiempo indefinido de los que no llevan reloj sobre nuestras cabezas
Amenazante
Como
lo es el mismo tiempo que nos queda por vivir
Que
nadie sabe si durará lo suficiente para que sobrevivamos
(Modisto)
REGISTRO DE
PARAGUAS PERDIDOS
XC
Alguien
notó el rechazo casi sin
Notarlo
En
el reparto injusto de días
Pares
e impares
Donde
ni en unos ni en los otros
Ya no era
Ni
aún
Quien
tuviera que ser
Hasta
el fin donde
Quedaron
cerradas todas las ventanas
Y
el viento fue
Un
despistado fugitivo
Que
va y que viene sin saber
Si
ni se va ni si se viene
(Modisto)
REGISTRO DE
PARAGUAS PERDIDOS
LXXXIX
Cada
cosa que ocurre
Es
tan importante
Como
las miles que no llegan a serlo
Y
se van quedando en el hueco de un camino
Que
de paréntesis se vuelve interrogante
O
duda
De
si cayó en alguna de las cunetas impuestas
O
de si
Son
olvidos
O
descuidos que abrazan el aire
(Modisto)
ENCIERRO y día
48
Como
mañana parece que me han concedido la Libertad Condicional, esto comienza a
dejar de ser la tortura escrita que os ha acompañado durante los últimos
cuarenta y ocho días de pasos, pasillos, paredes, puertas cerradas…, para
llegar al punto de partida, a ese de que mi enemigo no es el negro o el blanco
el musulmán o el cristiano el polaco o el japonés, no, mis enemigos siguen
siendo los energúmenos que explotan al negro o al blanco al musulmán o al
cristiano al polaco o al japonés, y sus babeantes acólitos. Tantas vueltas
para, afortunadamente, no salir de las baldosas de mis trece pasos.
(Modisto)