sábado, 25 de octubre de 2014

DESLOCALIZADO DE CUALQUIER LUGAR



Las aventuras de Deperente XXXI


Tenía frío aunque no era invierno. Vivir en la calle tiene estas cosas. Y también, que cuando empieza a caer la tarde, las calles se visten de desnudez, y solo se vive gracias a las luces de los negocios que aún permanecerán encendidas un par de horas más.

Deperente llevaba varios días sin encender la bombilla de su cerebro. Cada cierto tiempo, y durante días desvalidos, no aparecerá por el Departamento de Policía del Amor, ni siquiera lo hará por su casa, se refugiará en sí mismo y en la soledad húmeda de los días y de las noches de Nueva York. Se prohibirá transportarse en un artilugio mecanizado, y le sonreirá a las estrellas con su ejército de dientes y muelas mal colocados. Dormirá donde le apetezca y se despertará cuando se despierte, muchas veces preguntando o preguntándose dónde estará o qué hora sería, porque de las primeras cosas que hacía cuando decidía sin decidir convertirse en un vagabundo, era tirar el reloj al Hudson.

En una de estas, y sin quererlo queriendo, una de esas madrugadas de rascacielos torpedeados por miles de agujeros de luces, en pleno corazón de Central Park, a un Deperente joven pero en sus depresivos momentos de ilusiones muertas, estamos en mayo de mil novecientos sesenta y ocho, se le ocurre compartir su botella de whisky con un anciano barbudo de esos que han vivido hasta atragantarse de vida.

-No. Yo solo bebo leche, jamás he probado el alcohol. Pero podemos hablar si quieres.

Y el viejo Nopudosersiendo se inclina sobre su botella blanca y le pega un buen buche. Y habla bastante solo. No necesita de mi ayuda, ni creo que de la ayuda de nadie. Nopudosersiendo valoraba la vida en su justa medida, que era una medida desmesurada, porque era lo único que tenía. Y jamás creyó ni tuvo amo ni dueño. Y jamás esclavizó a nadie ni se adueñó de nada. Se desplazó por los años sin hacer daño y sin permitir que nadie se lo hiciera.

-Yo hice la guerra de España con Durruti, y cuando a él lo mataron, me volví a este museo de hormigón. Ya no había nada que hacer. Todo estaba perdido.


(Modisto)

sábado, 18 de octubre de 2014

DORMIR EN SUEÑOS



A veces
O muchas veces
Dormir en condiciones
Resulta ser un reto en la vida
Como aprender a caminar de niños
O a montar en bicicleta de adultos
Pero como dicen que el silencio
Rellena los huecos que por ahí se van dejando
Al final
Las huellas del dolor se quedan en el estómago
Y claro
Dormir desacompasadamente
No es llenarse de hojas de hierbabuena
Ni es ser lo que nunca se ha sabido
Es ser en definitiva
Un sinnombre acorralado
Por el vacío del rechazo del sueño


(Modisto)

domingo, 12 de octubre de 2014

TRÁNSITO HUMANO



Cualquier hombre corre el peligro de convertirse en un buen hombre
De los que besan niños y van diciendo compasivas palabras
Y Luego
No tan luego
Se reconstruyen
Detrás de un pilar de miserias
Y tan luego
Se colocan corbatas y alfileres
Ya nunca se sabe
Ya esos hombres que respiran
Con un aliento entrecortado
Ya se sabe
Que nunca se sabe
Ni se ha de saber
Ni conviene que se sepa


(Modisto)

sábado, 4 de octubre de 2014

RESPUESTAS QUE NO CONOCEN LAS PREGUNTAS



 
Las aventuras de Deperente XXX


El Departamento de Policía del Amor no tenía central. Era el Departamento del Amor. Y como tal, se autoabastecía mirándose el ombligo. En realidad, el Departamento de Policía del Amor era un cuarto, llamado despacho, rectangular de tres por dos metros cuadrados, donde apenas entraba el sol y donde se sacudían las miserias de amantes no amados y amados sin amantes.

¿Recuerdas quién más te quiere?

Ese era el lema del Departamento, que colgaba de la puerta que daba acceso a una mesa con máquina de escribir, luego convertida en ordenador. Preguntas con difíciles respuestas y respuestas con preguntas imposibles.

-Nunca me olvides.
-Sé que me quieres. Claro que lo sé. Pero nunca lo suficiente.
-Me quieres de una forma tan distinta de como yo lo hago…
-Todo está bien. Pero yo no.
-Nuestro mundo se hunde.
-Mi amor y el tuyo son tan distintos.
-Jamás me has amado como yo he querido.


-Todo está bien. Pero yo no.

Palabras de amor sin amante. O con amante desperdigado en el polvo cósmico. Suena el teléfono. Deperente lo descuelga, y escucha preguntas a las que no tiene ganas de responder. Es la hora de coger el abrigo y la gorra y salir a la calle a buscar las respuestas a todas las preguntas que le van a asaltar cuando vea el cuerpo inerte de Adriana Nuncatepierdas, una prostituta que conoció cinco años atrás.

-Nunca me olvides.


(Modisto)