Esto va a ser un montón de escombros destilados
Porque será un personaje de un cuadro del viejo
Chagall
Y de las imágenes contradictorias de Buñuel
Tú te ti
Que contigo
Que conmigo
Que seguiré saltando a la comba
Para ser un buen boxeador Rey del ring
El hombre del paraguas se sumerge en los estás
Que va dejando el tiempo
A veces viene de un costado
Y a veces viene del otro
Tú te arrodillas
Yo me escondo
Y en los agradecimientos
Veo
El infinito espacio
Que separa la luz de la ira
Como una contraída espalda placentera de dolor
Pero siempre dispuesta a acudir
Jamás el toque de una sonrisa
Podrá cerrar la puerta
Cerrar las puertas
De un
Aquí estoy
Había tanto que decir
Que cuando llovía
Se secaban las lágrimas
Patinaba un gato ciego
Por entre las ramas
De un árbol sin pies ni cabeza
Y en una brisa de aire
Caía y recaía
La muerte
Coronada de los dioses que siguen reinando
Oculta tras la hoja de un cuchillo
O en el tacto oculto de una cintura
Tengo miedo
A tener miedo
De cualesquiera de los miedos
Ya sea
A un cristal roto
O a recorrer centímetros bajo una escalera
Podemos tener días buenos
Y días malos
Eso está en el contrato
¿Por qué te estabas consigo ni conmigo ni contigo?
Necesito de los silencios
Tanto como de las palabras
Y de las oscuridades
Como de las luces
Cada vez empeñado en más arenas
¿Por qué me vas
Por qué si en un hubo no aparece un hay
Y en tanto
Y si se me va todo
En un sueño?
En un qué despierto
Y me sueño
Me dejo caer
Intento levantarme
Y yo sigo firme
Con los pies acribillados de belleza
¡Qué descansada vida
La del que se desangra
Martilleado por la rutina!
En esto
Que aparece cada minuto
Un desnudo de mujer
Acorralado en un diván de hielo.
No marchites la paz de un escalador en su montaña
Ni agites entre los dientes
En la huida
El caramelo amargo de la espera
Al fin y al cabo
El hombre siempre camina solo
Y en su soledad
Se columpian
Las estúpidas estatuas que estáticamente sonríen
(Modisto)
