Iba atiborrado de mañanas
Por las calles aún a oscuras y aún cerradas
Coleccionaba las canciones que han ido construyendo
Mis brazos
Mis pies
Mi corazón
Mis pensamientos
Y todo un rosario de impurezas
Que también viajan conmigo
Para que las esperas no sean desesperadas
Y para que los juegos no se conviertan en tortura
Y para que apenas sepa nada de nadie
Ni nadie de mí
Y para que yo siga caminando
Con los brazos abiertos
A ratos
Tocando la armónica y en otros ratos
Empuñando el fusil de mi bolígrafo
Para convertirme en un guerrillero de la paz
Que espera no perder nunca la sorpresa de cada día
(Modisto)