La televisión y la prensa escrita
Nos cuentan las penas de los desgraciados
Y el glamour de los agraciados
Nos destripan el escaparate
Pero jamás pasean por las galerías de las minas
Ni se llenan de barro aunque llueva y llueva
Y aunque
Vean claramente el puñal del auténtico asesino
Nunca miran los ojos de quien lo empuña
(Modisto)
Lo que nos dejan ver...y lo que quieren que veamos con sus ojos.
ResponderEliminarMuy bueno, camarada.
Porque son los ojos del titiritero que los maneja.
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