sábado, 20 de abril de 2019


COMPLEMENTOS CIRCUNSTANCIALES

Cuenta la leyenda, que un mono saltó la verja del palacio, trepó hasta la ventana del dormitorio del conde, y una vez dentro, allí se le presentó al noble que estaba a punto de acostarse y al que incomodó esa inesperada visita, pero que según le dijo, solo llegó para preguntarle qué podía hacer a partir de ahora. Entonces, el conde con una falsa sonrisa, le explicó que lo único que podía hacer era apoyarles a él y a los suyos, que habían sido un valor seguro de unidad y de orden, y que eso se lo hiciera saber a todos los monos de su familia y a los conocidos y amigos. Y así lo hizo, creyendo el mono que aquello era lo mejor, y que de lo contrario, todos los valores y tradiciones de su civilización de cientos de siglos, serían aniquilados por los salvajes que no defendían ni una patria ni una bandera ni una religión que los cobijara a todos. A fin de cuentas, el conde sabía muy bien que al final, como ocurrió, los monos seguirían siendo los sirvientes y los juguetes de recreo de la nobleza y de los poderosos en general, como una lluvia fina y calaera de violencia sin disparos, donde los que sufrían habían cumplido con su deber de ciudadanos sumisos.

(Modisto)

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