MUCHO ANTES DE
QUE LA BARCA SE SINTIERA RODEADA
Pero
La
luna estaba llena
Y
en la tierra se sucedían
Los
embarazos y las muertes y los extravíos
Y
pocos
Muy
pocos eran los que barrían las calles de su suciedad y de sus miserias
Y
ahí y en otros lugares
Vivían
las horas de las ideas perdidas
En
aquellos rincones donde
Se
esconde la grandeza de algún enorme gol
Y
los brazos abiertos
Y
los remates al poste o al larguero
(Modisto)
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