Almanaque de fogonazos II
Todo empezó en un paréntesis sin
luces
En un cuando se llegaba ya todo
había acabado
Y en tan pronto los murciélagos
se volcaban sobre las palabras vertidas
La volátil figura de una mujer
mirando el mar se me congelaba entre los dientes
En una escuela donde los niños
tienen que superar la difícil asignatura de soñar
En un banco de madera bajo un
árbol de largos brazos
Y en campos abiertos de
sonrosadas mejillas
Luego me fui esculpiendo en los
rincones donde encontraba miradas limpias
Para quedar en todos esos allís
adormecido por saberme en la paz de unos pulmones blancos
Pero en realidad eran muros
agitados de nieve y escarcha que me invitaban a escalarlos
Descalzo
También llueve y es cuando las
gotas en vertical me conectan con el cielo
Inmenso ratón que husmea en mi
rostro en humedades de nube de azúcar
Pronto muy pronto anunciará el
reloj la eterna primavera
Me disfrazaré de rayo de luz en
un octubre hasta entonces gris
Y las carreteras secundarias se
convertirán en colores despedidos por la voluntad del desequilibrio
Hasta entonces
Leo
Río
Escribo
A veces lloro
(Modisto)
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