sábado, 21 de diciembre de 2019


COMPLEMENTOS CIRCUNSTANCIALES

LO CURIOSO DE TODO ES



Lo curioso de todo es que como no pensaba en esto porque las alharacas y los homenajes y los fastos me parecen tan ridículos y tan fuera de lugar y tan raros como si me vierais ataviado con traje cruzado de botones dorados y corbata con nudo Windsor elaborado por mis inútiles dedos y con un papelito con dibujo de gaviota introduciéndolo en una caja en forma de urna, el caso, como digo, es que como no pensaba en esto no se me ocurría nada, y mira que veinticinco años dan para mucho, por lo menos para jartarse de muchas cosas, que también, porque también lo estoy, como muchos de vosotros, ¿para qué vamos a negarlo? Pero de la jartura hablaré cuando cumpla otros veinticinco años en el colegio, que al paso que vamos los cumpliremos antes de conseguir jubilarnos, que a algunos nos llegará esa jubilación navegando sobre la barca de Caronte surcando ese río que te conduce a ese lugar adonde nadie quiere llegar y donde nosotros estaremos elegantemente vestidos de pino o de caoba, pero dando clases o reunidos…, quizás repasando algunas programaciones (¡Cómo serán las programaciones dentro de veinticinco años?)



Lo curioso de todo es que no me arrepiento de nada y mucho menos de haberos conocido y de haber conocido y aprendido de otros muchos que hoy no están aquí y de haber compartido sabidurías, risas y lágrimas, los más cercanos a mí saben que soy de lágrima fácil, sobre todo cuando he sido injusto o cuando alguien haya pensado que lo haya sido. Y no me arrepiento de nada porque todo lo he hecho con buena voluntad y sin ninguna intención de dañar a nadie. ¡Pero es que mi torpeza… También la conocéis! Eso de hacer daño nunca ha estado y nunca estará en mi modo de proceder. Tengo mal carácter cuando tengo mal carácter y soy una persona amable cuando soy amable, o sea, no soy una máquina. Soy un ser humano como todos vosotros, y estos veinticinco años, junto a desatinos, desafueros y desencuentros, me han hecho mejor persona, sin ninguna de la más mínima duda. No hay nada como comenzar a ser un viejo para dejar de ser un joven, ¡qué profundidad de pensamiento!, y eso, claro, imprime carácter.



Lo curioso de todo es, y con esto acabo, que no, que no somos una familia, afortunadamente, qué decir de los Sánchez Vicario o de la familia real, y eso lo sé desde el primer día en este mi/nuestro colegio en el que antes pasé otros muchos días como alumno al que le entra en vena la sabiduría mondejariana de los maestros que nos formaron en la justicia, en la libertad, en el respeto, y que también fueron alumnos antes y maestros después, ¡joder!, qué responsabilidad pensar que yo iba a ser uno de ellos, y que tanto para mí como para tantos otros, eran ante todo y sobretodo y por encima de todo buenas personas con una gran vocación, a partir de ahí, si eso se lleva muy adentro, ser maestro es fácil, muy fácil.



Muchas gracias.



(Modisto)

No hay comentarios:

Publicar un comentario