GUÍA SENTIMENTAL
DE LIBROS MUY PERSONALES
4. Julio
Cortázar. El perseguidor.
En
El perseguidor, o en cualquier cuento de Julio Cortázar, no hay fronteras. Y en
este en concreto aún menos. No hay presente ni pasado ni mucho menos futuro
pero están los tres a la vez, tampoco hay ni un arriba ni un abajo, pero Johnny
vive a la vez arriba y abajo, eso sí, solo hay jazz, se respira y se existe
solo y exclusivamente para él, asumiendo todas las consecuencias: desorden
vital, ruina económica, riqueza espiritual, enfermedad, no trazar ningún tipo
de límite ni de vinculación con ningún pensamiento racional que haga creer y
caer en el error de que esto o aquello no es posible… O sea, todo está
condicionado al dictado de lo que es esta deliciosa música del demonio, tan
pasional como libre, donde Johnny y su saxofón perdido, Dedée y su amor
alucinado y la admiración desenfrenada de Bruno, viven paradójicamente
enjaulados.
(Modisto)
No hay comentarios:
Publicar un comentario