EL RELOJ AFIRMABA QUE ERA UNA HORA VACÍA DE TIEMPO
Descubrió bastante tarde que la
Noche no se le dormía
Y que en realidad
Dejando claro que no tenían ningún sentido ni los minutos ni
los siglos
Y que
Era la administradora de un insomnio
Aún no reconciliado pero sí agazapado en el vértigo
De lo que por ser
Bastante tarde
En la noche abierta al sueño de cerradas puertas que
Desembocan en ríos de ojos luminosos en la oscuridad
Donde en realidad se puede ser
Bastante triste y a la vez feliz
Dejando de ser uno mismo
Y creyendo ingenuamente ser de todos
Mientras un reloj dice y repite
Que cualquier instante es una hora vacía de tiempo
Y que así y de otras miles de maneras más
Puede llegar uno a ser un manso y conformista como los demás
(Modisto)
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