EN EL REMOLINO DEL CALEIDOSCOPIO
En el torbellino armónico de los astros
Las cosas la están mirando
Y ella es tan tímida en su quehacer diario por sobrevivir
Que se niega a mirarlas
A no ser que entre ella y las cosas
Se interponga
El caleidoscopio de colores que desde pequeña
Acompaña sus tardes de serenidad
Tras el río de sangre que nacía de su tormenta geométrica de
colores
Cuando aún nadie había reparado en ella
Que por más minúscula que fuera
No dejaba de ser la inmensidad
De unos granos de arena
En el juego infantil de negarse a permanecer encerrada para
siempre en algún cristal
Perdido
Del gozado caleidoscopio de las tardes
(Modisto)
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