LA ESCURRIDIZA SOMBRA DE UN VERANO
LII
Lo que se quedaba desdibujado en el horizonte
No era la resbaladiza figura de sus caderas contoneándose allá a lo lejos
Quizás tampoco el ruido entrecortado de un llanto por algo perdido
Nunca se sabrá si del todo estábamos hechos el uno para el otro
O la ocupación de nuestro espacio lo había ocupado el canto de un pájaro
O el olor a café recién hecho por la mañana
(Modisto)
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