domingo, 16 de enero de 2011

BESOS TROPEZADOS


Besos tropezados

Que caen sobre el barro

Y sobre la silueta de los fantasmas

Pero tan sabrosos como una mousse de chocolate

Que corren

Que se aprietan

Que nunca se asientan

Pero que no

Que da igual

Que son como un melocotón en almíbar

O como las palabras de un buenos días

La garganta de McCartney

El soplo del violín de Kennedy

Un no estar sin nadie

En la esquina donde todo pasa

Y donde el viento acaricia mi cara

Y donde me siento de verdad

Tinta que va desde mi cerebro hasta mi mano

No hay manera de arreglarlo todo

Ni el mayor de los océanos

Ni el menor de los milímetros

Todo va sin rumbo y cada uno de los puntos cardinales

Se ve acorralado

Apenas por una respiración entrecortada que suena a lo lejos

En un estrecho margen

En un suspiro

En el escarabajo

O

En la avispa

(Modisto)

4 comentarios:

  1. Con permiso, Modisto.

    Luchamos frente a frente, cara a cara
    en desventaja
    contra gigantescas galernas
    una y otra vez.
    Una y otra vez
    una inmensa ola parece
    sepultarnos para siempre...
    ...Pero siempre
    salimos, de la negrura del infierno y del abismo,
    emergemos, invencibles,
    desafiantes, como superhéroes.
    Superhéroes cuyos únicos superpoderes
    son la fe, la esperanza,
    el Amor.
    Y siempre alcanzamos puertos tranquilos,
    islas paradisíacas,
    siempre volvemos a sentir la brisa
    y el suave roce del sol acariciándonos la piel.
    (...)
    Sin embargo, irónicamente, a veces
    basta tropezar con una pequeña piedra
    del tamaño de una iota
    y se produce el caos.
    Entonces, lo único que nos salva
    es saber encontrar el camino sobre las losas de piedra.
    "En latín", no lo olvides... I-E-H-O-V-A...
    y saltar desde la cabeza del león
    con los ojos cerrados
    la mano en el corazón
    y el corazón en la cabeza.
    Quizá después, si osamos, si nos atrevemos
    encontremos al otro lado al caballero
    ofreciéndonos -por fin!-
    el ansiado Santo Grial.

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  2. Escarlata O´hara que llueva café en el campo22 de enero de 2011, 18:28

    En la hora dulce 2 santos griales por el precio de uno.
    Ya no quedan caballeros de esos que dices, anónimo, lo mejor es no necesitar ese último trago.

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  3. Sí quedará alguno, pero no se encuentran en los pubs desde luego.
    Saludos al poeta.

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  4. Si Anónimo tuviera nombre yo sería su escudero...

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