Para Mario Benedetti, el poeta más dulce de la lucha más firme
Vos sabés
Que un grito es una impotencia
En medio de un desierto
Que en cada paso lento que doy
Estás
Que la ausencia es una cárcel sin barrotes
Que domiciliarse en un lugar es un largo bostezo
Y que adoro la respiración compartida
El latido acompasado de unos besos
La sangre fluyendo y sorteando los peligros
Vos sabés
Tantas cosas ignoradas por los ojos que nada ven
Que el reflejo de una mirada sostenida
Es el brillo de lo que nos hace seguir viviendo
(Modisto)
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