Las aventuras de Deperente VIII
La tarde que llegó Imprevisto a la Comisaría de Policía
donde trabajaba Deperente en el Departamento del Amor, este no se encontraba, y
no se le esperaba hasta la mañana siguiente, momento en que Imprevisto no podía
ir, por lo que dejó una nota escrita de su puño y letra, y donde le dejaba su
número de teléfono y lo invitaba a que lo llamara ”a cualquier hora en
cualquier momento”, y le dejaba dos besos escritos con tinta negra de bolígrafo
Bic salpicados de una lágrima que cayó inocente.
Mientras se masturbaba pensando en hojas de
otoño y en problemas de Geometría, a Deperente se le apareció Imprevisto con
toda su carga muscular, adelantándose al silencio de las sombras.
Aún no se conocían.
(Modisto)
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