sábado, 27 de diciembre de 2014

CUANDO YO TE QUIERO PERO NO


Las aventuras de Deperente XXXVI


Desde pequeño escuchó voces que le prometían el futuro, pero se murió sin conocerlo. Cuando según las estadísticas, aún es pronto para traspasar el paréntesis de la vida e ingresar en la permanente cosmogonía de la muerte, Agripa murió de amor. A Deperente no le quedó otra cosa que hacer que certificar el suicidio cuando los operarios recogieron el cuerpo frío del río Hudson del profesor de latín de la Universidad de Columbia que había escrito durante veintitrés años, seis meses y catorce días, diariamente, ardientes y nocturnas cartas de amor que nunca obtuvieron respuesta, a su compañera de cátedra, Fedora, mujer infame que jamás le dedicó ni una sonrisa ni una palabra amable. Todo esto se supo después, cuando Deperente, no contento con el informe que avalaba el suicido, siguió investigando este caso de colores rosa y negro de luto, y una noche decidió entrevistarse con Fedora, y entre llantos descontrolados, le confesó que siempre estuvo profundamente enamorada de Agripa, pero que nunca vio el momento oportuno de decírselo.



(Modisto)

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