DORMIR
Sí
creía firmemente que había razones de sobra para torturarse con la cíclica,
voraz, monstruosa idea que se engendraba continuamente en sí misma haciéndose
cada vez más gigante y repetitiva, siempre con la exactitud de las mismas
palabras de no me puedo dormir durante la noche, pero en el día dormiría y me
duermo en cualquier lugar, aunque ese sea el sitio que controla el enemigo para
poder así resistir el que tú en la noche, en un despiste nocturno, conviertas
ese territorio de ambos en un campo de espinas.
(Modisto)
No hay comentarios:
Publicar un comentario