VIOLÍN
Aunque
el violín sonara torpe y triste y cansado para los que tenían un oído algo más
fino, delicado o instruido, el violín seguiría siendo el instrumento que
continuaría sonando por más que la autoridad llegara y por más que la lluvia se
desbordara contra aquel instrumentista con más voluntad que destreza y aunque se
convirtiera en trueno y pudiera detenerlo en algún momento, por encima de todos
esos obstáculos y de otros muchos más, él era un violinista, y aquella era su
música. Así, sin más.
(Modisto)
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