domingo, 27 de octubre de 2019


RUEDA DE LA INFANCIA

No tuvo más remedio que ocultarse entre las acogedoras sábanas que lo cobijaban durante los crudos fríos del invierno y las suaves noches de la primavera de su infancia, cuando siendo aún un niño delicado, tímido y solitario, se dejaba querer por las caricias de hilo que en cualquier momento podrían atraparle la garganta si lo dejaban solo, y con ella, sus cuerdas vocales hasta dejarlo impedido para desarrollarse, y así continuar para siempre siendo un niño enfermizo, pero un niño al fin y al cabo.

(Modisto)

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