miércoles, 15 de abril de 2020


ENCIERRO día 32

En el sexto paso se me abrió la oportunidad de taladrar un agujero que diera a la casa del vecino de abajo, pero esa no era la solución, ¿qué iba yo a hacer en una casa extraña donde nada se me había perdido? Deseché la propuesta y continué caminando hacia otra oportunidad, que no era otra que la de que en el undécimo paso se me ofrecía, y era la de mirar de soslayo y pedir al cielo para que no estuvieran los de los papeles detrás del sofá, ni que me quedara adormecido por la brillante belleza de mi alrededor para acabar sobresaltado. Pero la agitación yo ya la llevo muy adentro cuando llego al ángulo muerto y sospecho que ellos siempre están ahí, y que si no salen hoy es para poder seguir riéndose de mí.

(Modisto)

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