sábado, 14 de septiembre de 2019


DESAPARICIONES

Se oyeron gritos y un pataleo innecesario y algo así como una mecedora que hacía crujir la madera al balancearse. Se oyeron también los llantos de un niño y la desesperación de una madre que había perdido a su hijo en una fiesta de disfraces a la que acudió disfrazado de cambio climático, y que al no poder resistir las injusticias que le estábamos haciendo al planeta, decidió con sus pequeños ocho años a cuestas, también desaparecer en forma de bosque incendiado por las llamas de la vergüenza. Y se oyeron muchas cosas más, pero nada de lo que te dijera, podrías creerlo.

(Modisto)

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