DESAPARICIONES
Se
oyeron gritos y un pataleo innecesario y algo así como una mecedora que hacía
crujir la madera al balancearse. Se oyeron también los llantos de un niño y la
desesperación de una madre que había perdido a su hijo en una fiesta de
disfraces a la que acudió disfrazado de cambio climático, y que al no poder
resistir las injusticias que le estábamos haciendo al planeta, decidió con sus
pequeños ocho años a cuestas, también desaparecer en forma de bosque incendiado
por las llamas de la vergüenza. Y se oyeron muchas cosas más, pero nada de lo
que te dijera, podrías creerlo.
(Modisto)
No hay comentarios:
Publicar un comentario