LA MÚSICA
COMIENZA DE MADRUGADA
El
trompetista llegó muy tarde, y el concierto se fue a la mierda, y empezaron a
llover miles de octavillas desde donde se les llamaba a quedarse en las casas
deshabitadas para que así no las ocuparan aquellos que ni tú ni yo, sino esos
que ocupaban esas casas que ni eran suyas ni les pertenecían más que como un
lugar donde pasar una inolvidable noche de swing.
(Modisto)
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