COMPLEMENTOS
CIRCUNSTANCIALES
Un
borracho se acerca a un muro a mear sin darse cuenta, de lo borracho que está,
que es el muro de su casa, que ya ha llegado a ella, al hogar donde maltrata
cada noche a su mujer, una vez que logra amarrar al perro, ese mismo perro que
ahora no está amarrado y se lanza sobre su pene sin importarle qué parte del
orín de aquel le llegará al estómago para luego vomitarlo, pero antes, mostrará
con orgullo al vecindario el trocito de carne arrancado de aquel malvado que
gritaba de dolor desangrándose tumbado en el suelo.
(Modisto)
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