ABSOLUTAMENTE FALSO
Cuando
escuchó sus propias palabras de absolutamente falso, ya sabía el hombre de
cualquier nombre que iba a salir libre de toda culpa, sabiendo además que a
ella y no a él le corresponderían las sombras de un vivir sin más sol que el
que reflejaran las lámparas de aquel rectángulo sin salida y aún más allá con
alambradas. La verdad es siempre otra cosa, y a la justicia es raro verla por
los juzgados.
(Modisto)
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