ENCUENTRO
Era sin duda un hombre
ya adulto, aunque con el casco y el uniforme lo disimulaba o lo ocultaba, pero
claro, era él, eso a una madre no se le pasa, aquel muchacho era ya un hombre
que le sonreía aunque en todo aquel ajetreo de llamas y humo seguro que no la
reconoció, habían pasado tantos años desde que se fue siendo un adolescente
cuando abandonó el hogar dejándole un dolor profundo en su alma del que nunca
se sobrepuso, y ahora le sonreía y la tranquilizaba, ya mismo estará fuera,
señora, me trataba de señora como si yo no fuera quien debiera ser para él,
mientras la cogía y la abrazaba y se la pegaba a su cuerpo y yo olía su olor de
hombre bueno al que no tuve más remedio que recuperar encendiendo uno de mis cigarros
prohibidos, que se fumó en la cama que pronto salió ardiendo, y con ella toda la
casa, pero que era la única forma de recuperarlo cuando días antes se enteró de
que su hijo era bombero, y que por esas cosas del destino era quien rescataba a
su madre para por fin conseguir nuestro encuentro.
(Modisto)
No hay comentarios:
Publicar un comentario