MADRE
SIN HIJA
La única forma de que
se disolviera el follón que se produjo cuando la madre salió de la ducha con
los pechos al aire pidiendo a gritos que le devolvieran a su hija, que ningún
malnacido se la llevaría mientras ella estuviera viva, fue devolverle sus protuberancias artificiales, eso que
llaman vulgarmente sostenes o sujetadores de un modo más fino, para que se
tapara las suyas que de verdad le pertenecían pues había nacido con ellas para
su posterior desarrollo, y así evitar el bochorno de ser vista por los vecinos,
tan desamparada como semidesnuda.
(Modisto)
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