RECOMPENSA
La recompensa llegó tan
de madrugada que yo ya no estaba ni borracho, pero casi que ni sí, que ni siquiera
podía tambalearme a no ser que fuera por el compás perdido de una nota musical
que quería subirse por las paredes y llegar hasta la hoja de papel en blanco
que nos esperaba.
(Modisto)
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