SIESTA
Hasta ahora era todo
entre nosotros, y había siempre una luna entre nuestras risas, y el sol
aparecía cuando tenía que hacerlo, tomando asiento junto a nuestras resacas, y saludándonos
con la sonrisa del triunfador más vencido, cuando más allá del mediodía, cuando
casi todos duermen la siesta y unos pocos hacen el amor a escondidas.
(Modisto)
No hay comentarios:
Publicar un comentario