martes, 30 de julio de 2019


NO LO SABRÁS

Nunca sabrás si ni siquiera yo estuve allí en aquel momento en que el concierto acabó o si solo acababa de empezar, y si fue en ese momento cuando apareció aquel espectro o monstruo o vete tú a saber qué era esa cosa que hablaba en otro idioma bien distinto al nuestro, que no se disculpaba por nada, por más que empujaba a todos, y llegó otro momento, en que, reducido por decenas de brazos, escupió su propia sangre sobre la acera, y se levantó al poco como si nada y luego volvió a caerse sentado sobre la misma acera, cuando todos los ingenuos lo creíamos muerto, pero el policía nos tranquilizó de que todo iba bien, y que lo único que necesitaban tanto el detenido como el funcionario de la placa era que ambos se fumaran un cigarro mientras esperaban el furgón que los conduciría a los calabozos, sin saber ninguno de los de allí, si el concierto empezaba o concluía, o si estábamos en el descanso de rigor entre pieza y pieza.

(Modisto)

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